La quinta campestre de la familia Delgado es un santuario de serenidad, un retiro lejos del ajetreo de la ciudad. Este proyecto ha convertido este rincón en un edén de tranquilidad, un espacio para desconectar y reconectar, donde la naturaleza se convierte en la principal aliada de la paz interior y la relajación. Aquí, la vida fluye con suavidad, como un río apacible entre árboles centenarios.